
Bienventurados los viejos que se ríen de su poca agilidad y de su mala memoria, porque hacen alegre la vida de los demás
Bienventurados los viejos que abren camino a los jóvenes y los escuchan en sus descubrimientos y entusiasmos, porque se sentirán jóvenes de corazón.
Bienventurados los viejos que siembran la paz y la concordia, porque ellos vivirán en armonía.
Bienventurados los viejos que en vez de andar quejándose, viven amando y sirviendo cuanto más pueden, porque ellos serán felices, a pesar de sus enfermedades.
Bienventurados los viejos que ven más las cosas buenas y los valores del presente que las desgracias y los males, porque ellos vivirán en primavera, aunque esté nublado.
Bienventurados los viejos animosos que se juntan con otros para luchar juntos por la vida, porque ellos lo pasarán aquí en esta vida y en la otra.
Bienventurados los viejos que saben contar cuentos a los niños, echar migas a los gorriones, regar las plantas del jardín, mirar por la ventana los juegos de los pequeños y hablar con alegría del Dios de la misericordia, porque ellos serán reconocidos en el Reino de los Cielos