
Hoy he recibido una triste noticia, mamá Tadea ha muerto, su cuerpo, cansado y encorbado por años de duro trabajo, ha descansado para ir al encuentro de su "Tata Dios".
Me la imagino bailando, tirando su sombrero, su bastón, gritando de alegría al ver a su "Tata" con los brazos abiertos esperando por ella. Se resfriega sus ojos, ya ciegos por el humo de la cocina, y... todo se aclara, todo se vuelve claro, ya no hay oscuridad, ya no hay dolor, todo sufrimiento desaparece, todo es paz, todo es felicidad.
Si, mamá querida, perdona por no estar ahí, cómo quisiera haberte acompañado, rezado a tu lado y que, al cerrar tus ojos, mi mano te hubiera escoltado hacia tu Pascua.
Descansa, hasta siempre.