martes, 25 de octubre de 2011

Jorge Klein

Han pasado 38 años desde aquel 11 de septiembre que sorprendió a Jorge en la Moneda junto a su amigo y presidente Salvador Allende.
Desde ese fatídico día no se supo más de él, su familia lo buscó incansablemente, sus padres partieron sin encontrarlo. Ellos, que sufrieron el horror de los campos de concentración, que vieron en Chile el lugar donde podrían vivir en paz, volvieron a vivir el dolor de perder a su ser más querido, nunca pudieron reponerse de ese dolor.
Jorge fue parte de nuestra familia, así como toda la generación de alumnos del Instituto Nacional que, desde su egreso el año 1963, se reunían cada año con su profesor jefe, Alfonso Bravo, mi padre, hasta el día que él también partió. Más de 50 años siguieron siendo un curso.
Para mi papá, la desaparición de Jorge fue un dolor muy grande, él fue el mejor alumno de la promoción, el mejor puntaje del bachillerato, hizo sus estudios de medicina en la Universidad de Chile especializándose en psiquiatría y se entregó de lleno por el trabajo en bien de los más pobres.
Descansa en paz, desde acá un abrazo inmenso, sé que estás en buenas manos, junto a tus padres y a tu querido profesor.