miércoles, 16 de abril de 2008

Encontrón de hermanos




La inesperada enfermedad de nuestro padre hizo que todos llegáramos a su lado. El dolor de la posibilidad de perderlo nos hizo a todos correr a casa.
Hacía mucho tiempo que no nos encontrábamos, o cuando lo hacíamos, era por momentos. Nuestros padres, nos han vuelto a congregar y... de qué manera. Nuestra casa, la casa de siempre, volvía a llenarse.
Fueron días intensos, de incertidumbre, de dolor,... pero que nos han unido intensamente.
Mariel y Carmen han partido, una a México, la otra a Alemania, pero seguimos en comunicación diaria.
Es ahora cuando entendemos que el dolor compartido es medio dolor y que la alegría compartida es doble alegría, lo entendemos porque lo vamos viviendo día a día.
Siempre esperando un milagro, pero siempre agradecidos de Dios por todo lo que nos regala cada día y, sobre todo, por nuestros padres.

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